viernes, 10 de mayo de 2013

La Importancia De La Meditacion

La Importancia De La Meditacion
La meditación es beneficioso y importante, ya porque nos prepara para liberar las tensiones acumuladas en el cuerpo y la mente, llegando a poder relajarnos y liberarnos de nuestros pensamientos, que no son pocos. Hay quien practica la meditación para tener visiones más elevadas, comprensiones intuitivas, para tener un equilibrio físico, mental, emocional y espiritual, para comprender y experimentar otras dimensiones, etc.
Existen diferentes meditaciones que podemos practicar según lo que queramos experimentar, como por ejemplo, la meditación guiada, individual, en grupo,… y también con música, visualizaciones, canto de mantras,...etc. Yo suelo practicar la meditación individual, escuchando tan solo mi respiración, estando en contacto con mi propio ser, pero cada uno debe practicarla como más le guste.
Podemos escoger cualquier momento para meditar, no necesitamos ningún horario. Realicemos la meditación cuando mejor nos convenga, da igual donde estemos, con un mínimo de 5 minutos es suficiente.

La meditación es buena para el cuerpo, calma la ansiedad y es en general benéfica. Esto está científicamente probado. Así que hay muchas razones para meditar. No hay duda de que nos ayuda a aliviar el estrés, la depresión y la ansiedad. Es útil para lidiar con los problemas emocionales de la vida cotidiana, cuando las cosas salen mal, abre el corazón y nos pone más alertas. Y cuando surge el darse cuenta, también surge la sabiduría y la sabiduría que surge de la meditación es muy poderosa.
Cualquiera puede meditar, sin importar quien sea. Uno debe comprometerse a meditar diariamente, sin importar por cuanto tiempo. La meditación no empezará, hasta que nos sentemos en un cojín o en una silla. El punto más importante es sentarse cómodo. Si medita todos los dias quince o veinte minutos, después de un tiempo cuando vea en retrospectiva, ya no tendrá dudas de su efectividad.
¿Por qué el darse cuenta es tan importante? Porque es la naturaleza de la sabiduria. Puede ser que medite porque quiere paz en su vida. Todo tipo de expectativas pueden surgir en su mente. Es posible que experimente paz, pero la mayor parte del tiempo no será así ¿por qué? El problema no es el meditador. Al principio puede haber una sensación de calma y paz. Pero después de un rato su mente parecerá incluso peor que antes. Pero aunque el estado de su mente pueda parecer peor, en verdad es mejor.
Entonces debe mantener la continuidad de la práctica, como un río. Sin importar si su mente parece mejor o peor que antes, debe continuar la práctica y mejorará. Es como lavar la ropa o los trastes. Si los lava con regularidad, no será difícil. Pero si no, será muy difícil limpiarlos. Cuando estuve de retiro, use la misma ropa durante un mes. Cuando regrese, tuve que remojarla en agua caliente durante seis o siete horas antes de comenzar a lavarla e incluso entonces tuve que lavarla varias veces.

A través de la meditación vivenciamos una belleza interior que nos hace repensar todo cuanto nos rodea, y a nosotros mismos. Un momento de gracia, de luz, de elevación. Al utilizar y encaminar nuestras energías hacia la purificación de nuestro cuerpo y de nuestra mente, descubrimos el desarrollo de nuestra espiritualidad. ¡Un momento todo nuestro, todo tuyo!

La meditación desarrolla una progresiva capacidad de concentración y focalización. Sí, la meditación exige práctica, paciencia. Pero el propio acto de meditar genera cada vez más paciencia, lo que importa es que tú te orientas hacia el encuentro de la parte más bonita, acogedora y productiva de ti mismo - ¡tu porción hecha de luz! Somos, sí, seres luminosos e iluminados. Cuanto más profundo nos lleva la práctica de la meditación, más nos distanciamos del plano de las apariencias y de las tensiones, más nos envolvemos con la capacidad de amar, de comprender que esa visión de la vida y del mundo está dentro de nosotros. Al descubrir que poseemos ese don tan precioso, repleto de belleza, nos sentimos dignos de ser amados y de alcanzar la felicidad.

Hay formas básicas de meditación que puedes experimentar ahora, sin depender de otra persona. Siéntate en posición y asiento cómodos, en una sala o cuarto tranquilo y silencioso. Cuida de no ser perturbado ni interrumpido durante al menos quince minutos. Es mejor que tus pies reposen sobre el suelo y tus manos, bien relajadas, sobre el regazo. Si lo prefieres, también puedes hacerlo acostado. Cierra con suavidad los ojos y relájate por completo. Comienza con 3 respiraciones profundas, lo cual ayuda a soltar la tensión. Poco a poco ve relajando cada parte del cuerpo, empezando por los pies, subiendo despacio hasta llegar a la cabeza. Respira profundamente por la nariz, concentrándote hasta que tu respiración se haga suave y regular. Si empiezas a divagar, trae tu atención de vuelta a la respiración. Imagina una luz azul, violeta, envolviendo todo tu cuerpo. Y durante todo el proceso no huyas del centro de ti mismo, de tu verdad personal, de aquello que tú realmente eres en lo más profundo de tu ser. La práctica de la meditación nos lleva al encuentro de nuestro yo más poderoso y esencial. Nuestra tarea en el plano físico es aprender. Amar a los demás y a nosotros mismos. ¡Ese es el reconocimiento que nos convierte en simplemente divinos!

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